La ciencia cultural está surgiendo como resultado del diálogo y la convergencia entre la teoría/complejidad evolutiva (especialmente en la economía evolutiva) y el estudio del cambio en las relaciones e identidades humanas (especialmente en las industrias creativas y los estudios culturales). El problema del cambio dinámico ha demostrado ser perturbador y exigente en el estudio de los valores económicos y humanos.
Una declaración de misión provisional para las ciencias culturales:
- La productividad creativa siempre ha surgido de las interacciones humanas, pero está cada vez más mediada por tecnologías que promueven representaciones mentales subjetivas, como las redes, en las que el espacio y el tiempo se comprimen a través de la difusión continua y la recuperación de eventos memorizados.
- La interacción de las personas dentro de esta «economía de redes sociales» crea un flujo continuo de comunidades efímeras y nuevas oportunidades de negocios, con consecuencias imprevistas que son la norma y no la excepción.
- Este proceso de «destrucción creativa» es mejor abordado por las ciencias humanas que están aliadas con la ciencia dinámica de la evolución: el estudio del cambio continuo a través de la variación, la interacción, la selección y la deriva.
La ciencia cultural busca así una comprensión evolutiva de una sociedad basada en el conocimiento pasado y presente, con el fin de mapear la posibilidad de un espacio para escenarios futuros de productividad creativa (tanto en el mercado como en entornos comunitarios) a los cuales las políticas y estrategias públicas el negocio debe adaptarse.